10 Errores clásicos al abrir un restaurante (y cómo evitarlos desde el minuto uno)

Errores al abrir un restaurante

Abrir un restaurante es una aventura emocionante, pero también tiene sus complicaciones. La pasión es importante, sí, pero no es suficiente. Sin una buena planificación, análisis y hábitos de gestión, es muy fácil cometer errores que te pueden costar muy caro.

Lo curioso es que la mayoría de los proyectos no fracasan por falta de ganas, sino por repetir los mismos errores de siempre. Errores que, con la información adecuada, pueden evitarse desde el minuto uno.

En este artículo te contamos los 10 errores al abrir un restaurante que se repiten una y otra vez, y cómo esquivarlos desde el primer día, para que tu proyecto arranque con buen pie… y sin sustos innecesarios.

Error 1: Pensar que vender más significa ganar más

¡Ojalá fuera así de simple! Pero no. Tener el restaurante lleno y facturar mucho no garantiza que estés ganando dinero. Vender mucho no sirve de nada si tus costos se van por las nubes.

Piensa en esto: Vendes más, pero también necesitas más personal, ingredientes, envases, etc. ¿El resultado? Estás ganando más, pero también estás gastando más… y te queda lo mismo (o menos).

Consejo: No mires solo cuánto vendes, revisa cuánto dinero te queda limpio. A veces es más rentable ajustar horarios, quitar platos poco rentables o simplificar la operación que obsesionarse con llenar el local.

Error 2: No calcular el coste de abrir cada día

Muchos restaurantes abren cada mañana sin tener claro cuánto les cuesta simplemente levantar la persiana. Y ese es un error muy peligroso.

El alquiler, el personal, la luz, los seguros… se pagan sí o sí, vendas o no vendas.

👉 Haz las cuentas: Suma tus costes fijos mensuales (alquiler, sueldos, licencias, seguros, etc.) y divídelos por los días que vas a abrir. Ese número es tu coste mínimo diario.

Por ejemplo: Si tus costes fijos mensuales son $21.000, y abres 30 días (21.000 ÷ 30 días = 700), necesitas generar $700 diarios solo para no perder dinero.

Debes saber cuánto tienes que facturar al día para cubrir tus gastos.

Error 3: No tener los procesos estandarizados

Improvisar cada día puede sonar bonito… hasta que todo se desmadra.

Si cada persona del equipo hace las cosas a su manera, la calidad cambia, los errores aumentan y el cliente lo nota. Todo depende de quién esté ese día… y eso genera caos (y mucho estrés).

Ten procesos definidos para todo: recetas, protocolos de servicio, limpieza, apertura y cierre de caja, etc. Cuando todo está documentado, puedes delegar sin miedo, corregir rápido y mantener la calidad aunque el equipo cambie.

No es cuestión de ser inflexible, sino de tener un sistema que te dé orden hoy… y te permita crecer mañana.

Error 4: Abrir sin tener un plan de ventas

Levantar la persiana y cruzar los dedos para que entre gente… no es una estrategia, es jugar a la ruleta.

Un restaurante necesita un plan de ventas desde el día uno, porque si nadie sabe que existes, da igual lo rica que esté tu comida: no va a venir nadie.

👉 El cliente no aparece por arte de magia. Hay que salir a buscarlo:

  • Empieza a moverte en redes antes de abrir: comparte avances, el detrás de escena, tu historia.
  • Crea tu base de datos desde el principio: emails, WhatsApp, seguidores… lo que sea, pero empieza ya.
  • Alíate con negocios vecinos, lanza promociones o eventos para que la gente sepa que llegaste.

No necesitas un equipo de marketing, pero sí una estrategia clara, algo de acción y constancia. Porque llenar el restaurante no es casualidad… es planificación.

Error 5: No saber tu punto de equilibrio

¡Qué alegría ver el restaurante lleno! Mesas ocupadas, platos que no paran de salir… pero ojo: eso no siempre significa que estés ganando dinero. Facturar mucho no es lo mismo que tener beneficios.

El punto de equilibrio es el número de clientes que necesitas al día para ganar dinero.

👉 ¿Cómo se calcula el punto de equilibro? Suma todos tus costos diarios (fijos + variables) y divídelos por tu ticket medio. El resultado te dice cuántos clientes necesitas cada día para cubrir gastos.

Ejemplo rápido: Si abrir te cuesta $700 al día y tu ticket medio es de $20, haces esta cuenta: 700 ÷ 20 = 35 clientes diarios. Si no llegas a ese número, te toca revisar horarios, la carta o la estructura de costos de tu restaurante … porque algo está desbalanceado.

Error 6: Contratar personal a la desesperada

Lo entendemos: te falta alguien para el turno de esta noche y necesitas cubrirlo ya. Pero meter a cualquiera, sin mirar si encaja, puede salirte caro: más rotación, mal ambiente y una atención al cliente que deja que desear.

Tómate el tiempo para elegir bien, incluso en momentos de presión:

  • Actitud primero, currículum después. Ganas, compromiso y buena energía pesan más que la experiencia.
  • No rellenes el hueco solo por salir del paso. Una mala contratación cuesta más de lo que parece.
  • Y muy importante: forma bien desde el día uno. Que cada nuevo integrante sepa qué hacer, cómo hacerlo y por qué importa.

Tu equipo es la cara de tu restaurante. Elegir bien no es un lujo, es una inversión que se nota en cada mesa.

Error 7: No controlar el coste de la materia prima

¿No pesas los ingredientes? ¿No tienes escandallos? ¿No revisas precios? Entonces te lo digo claro: vender mucho no te servirá de nada si los ingredientes te comen el margen de beneficio.

👉 ¿Qué hacer? Haz el escandallo de tus platos, para saber cuánto te cuestan prepararlos, asigna a una persona responsable de las compras para que compare precios y revisa los costes semanalmente.

El beneficio no está solo en lo que vendes, sino en lo que controlas.

Error 8: Poner precios «a ojo»

Copiar los precios del local de al lado o inventártelos según lo que “te parece justo” es fácil… pero puede llevarte a trabajar sin beneficios. Porque lo que le funciona a otros, puede llevarte a ti directo al agujero.

Cada restaurante tiene sus propios costes, márgenes y realidades. Tus precios tienen que reflejar eso.

Calcula los precios a partir del escandallo y el beneficio que quieres. Si necesitas un 70 % de margen bruto, ajusta el precio en consecuencia. Y revísalos cada vez que cambien tus costes.

Tus precios deben “parecer razonables” para el cliente y rentables para ti.

Error 9: Pensar solo en la comida y no en la experiencia

Sí, la comida importa. Y mucho. Pero no lo es todo, porque el mejor plato del mundo no te salva de una mala atención, un baño sucio o un ambiente del que te dan ganas de salir corriendo.

La gente no viene solo a comer. Viene a vivir una experiencia. Y eso es lo que hace que vuelvan… o que no los veas nunca más.

👉 Cuida cada detalle, desde que entran hasta que se vayan:

  • Limpieza impecable (sí, también donde “nadie mira”).
  • Atención rápida, amable y con buena vibra.
  • Música, luces y ambiente que inviten a quedarse un rato más.
  • Y esos pequeños detalles que suman… y sorprenden.

Error 10: Esperar al último momento para pedir ayuda

Muchos dueños de restaurante aguantan hasta que ya no pueden más: sueldos sin pagar, deudas acumuladas, cuentas en rojo… Y en este punto, las soluciones son pocas… y dolorosas.

Consejo: No tienes que saberlo todo ni hacerlo solo. Rodéate de gente que entiende este sector, comparte tus dudas, busca feedback y pide ayuda en cuanto veas las primeras señales.

A veces, una conversación a tiempo puede ahorrarte meses de problemas. No esperes a estar al límite.

Lectura de interés
Cómo hacer la inauguración de un Restaurante: 10 Pasos para empezar con Éxito

Como hemos visto, los errores al abrir un restaurante no solo cuestan dinero… también desgastan energía, motivación y tiempo. Y te pueden salir muy caros si no los identificas a tiempo.

La buena noticia es que la mayoría de estos errores los puedes evitar si te informas, planificas y tomas decisiones con criterio desde el primer día. Solo tienes que actuar con claridad, con los números bajo control y con una mentalidad profesional.

Para ayudarte con eso, te dejamos esta autoevaluación rápida: respóndela con sinceridad y úsala como punto de partida para abrir (o mejorar) con más control, foco y tranquilidad.

🧠 Autoevaluación: ¿Qué errores estás cometiendo?

Marca los errores que reconoces en tu restaurante (o en proyectos pasados):

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