Reducir y optimizar los costos de tu restaurante no es algo que puedas dejar de lado: es una parte importante para que el negocio sea más rentable.
Y aunque suele pasarse por alto, el costo de los alimentos puede representar entre un 28 % y un 35 % de tu facturación. Eso significa que, si no lo gestionas con precisión, estás dejando mucho dinero sobre la mesa.
Ahora bien, ¿cómo puedes reducir ese porcentaje sin afectar la calidad de tus platos ni la experiencia del cliente?
Aquí tienes 6 formas prácticas y probadas para lograrlo.
Rentabilidad: ¿qué está afectando tus márgenes?
Cuando hablamos de rentabilidad, no se trata solo de cuánto pagas por cada ingrediente, sino de cómo esos costes afectan el beneficio final del restaurante.
Y en este punto, hay un dato que no puedes ignorar:
El coste ideal de los alimentos debe estar por debajo del 30 %.
Si estás en 35 % o más, hay algo que ajustar.
Pero no se trata de recortar por recortar. Se trata de aplicar control, análisis y decisiones inteligentes.
Veamos cómo hacerlo.
1. Controla las porciones

Una de las principales causas de sobrecoste es servir más de lo que marca la receta.
Y aquí hay un error común: muchos dueños temen reducir porciones por miedo a perder clientes. Pero si los platos vuelven medio llenos, estás tirando comida y perdiendo margen.
Además, porciones grandes fomentan que los clientes compartan platos. Y eso reduce el ticket promedio.
Reducir porciones de forma estratégica (sin afectar la percepción de valor) permite:
- Alinear el coste real con el ideal
- Reducir desperdicio
- Aumentar pedidos por mesa
- Mejorar los márgenes sin subir precios
✅ Importante: si reduces porciones, ajusta también la presentación, la vajilla y la percepción general del plato.
2. Prepara bien la mise en place
El mejor escandallo no sirve de nada si, en mitad del servicio, las cantidades cambian al ojo.
Una mise en place bien organizada y estandarizada garantiza:
- Consistencia en cada preparación
- Menor variabilidad en los costes
- Mayor velocidad y control durante el servicio
👉 ¿Cómo lograrlo? Usa utensilios medidores (cucharones, balanzas, tazas), sigue la receta exacta, y prepáralo todo antes del primer comensal.
La intuición es buena… pero no paga las facturas.
3. Aplica el Menú Engineering

Más platos no es igual a más ventas. De hecho, un menú con demasiadas opciones suele aumentar el desperdicio y los costes.
La ingeniería del menú te permite:
- Detectar qué platos generan más margen
- Eliminar lo que no rota
- Simplificar compras e inventarios
- Enfocar tus esfuerzos en lo que realmente vende
Haz escandallos de todos tus platos, mide el mix de ventas y decide con datos.
Menos platos = menos compras = menos desperdicio = más rentabilidad.
4. Compra al mejor precio y sé creativo
La comodidad puede salir cara. Si compras siempre lo mismo, al mismo proveedor, al mismo precio… estás dejando pasar oportunidades.
👉 Consejos prácticos:
- Compara precios con frecuencia
- Explora proveedores locales o alternativos
- Cuestiona recetas “inamovibles” y prueba nuevas versiones más rentables
- Revisa cada producto con una doble mirada: ¿calidad y coste están equilibrados?
La creatividad también aplica a la gestión. Y muchas veces, cambiar un ingrediente sin perder calidad te puede ahorrar cientos de euros al mes.
5. Cuida a tus proveedores

Un buen proveedor no es solo quien entrega a tiempo. Es quien entiende tu negocio, te da alertas de precios y te ayuda a crecer.
Construir relaciones sólidas te da ventajas como:
- Mejores precios
- Condiciones flexibles
- Trato prioritario en momentos de escasez
- Mayor seguridad en tu operación
La confianza se construye. Y cuando llega el momento de negociar, tener un vínculo fuerte hace la diferencia.
6. ¿Hacer todo desde cero? No siempre es más rentable
Hacer elaboraciones propias tiene sus ventajas. Puede reducir el coste de los alimentos hasta un 10 %, pero aumenta el coste de personal.
Antes de lanzarte a hacer pan, pasta o salsas propias, haz números:
- ¿Cuánto cuesta producirlo internamente?
- ¿Cuánto tiempo y personal requiere?
- ¿Hay un proveedor local que lo haga igual o mejor a menor coste?
A veces, hacer todo de forma artesanal no vale la pena. Y en otras situaciones, sí puede ser una buena idea. Lo importante es medir bien y no tomar decisiones solo por corazonada.
Así que ya sabes: el coste de los alimentos también se gestiona.
El costo de los alimentos no es un número fijo. Es algo que puedes ajustar y mejorar cada día. Y aunque no lo notes de forma directa en la caja, tiene un impacto grande en lo que ganas al final.
Lo que necesitas hacer:
- Controla las porciones
- Prepara bien tu mise en place
- Analiza tu menú y enfócate en lo que vende
- Compra mejor (no más barato, sino con criterio)
- Cuida tus relaciones con proveedores
- Evalúa bien lo que haces desde cero
Reducir costes no es bajar calidad. Es tomar mejores decisiones con los recursos que ya tienes.

Food and Beverage Manager | Director de Alimentos y Bebidas en Grupo Antequera Golf
Socio Senior en AIDABE – Asociación Iberoamericana de Directores y Directoras de Alimentos y Bebidas







