Si tienes un restaurante y a final de mes no ves el dinero reflejado en tu cuenta, es que algo está fallando.
Y la solución no siempre es vender más o llenar el local hasta los topes. Muchas veces es justo lo contrario: más clientes, más gastos, más trabajo… y menos dinero. ¿Te suena?
Este es el punto donde muchos dueños se pierden. Pero no te preocupes que aquí te lo vamos a aclarar.
En este artículo vas a aprender cómo calcular la rentabilidad real de tu restaurante, paso a paso, sin fórmulas en chino, ni Excel con mil columnas. Porque tener un restaurante rentable no es suerte, es estrategia.
¿Qué significa tener un restaurante rentable?
Rentable no es facturar mucho. Tener un restaurante rentable es que, después de pagar todo: nóminas, impuestos, compras, alquiler, suministros, etc., todavía te quede dinero en el bolsillo.
Parece obvio, ¿no? Pero créeme, muchos no lo miden así, y luego se sorprenden cuando trabajan todo el mes… y no ven ganancias.
Tu meta debería ser quedarte con al menos un 10% limpio de lo que facturas.
¿Cómo se calcula la rentabilidad de un restaurante?
Primero veamos una calculadora donde podrás conocer de manera rápida y sencilla cuál es la rentabilidad de tu restaurante. Solo tienes que introducir tus ingresos, costes fijos y variables, y obtendrás automáticamente tu beneficio neto y el porcentaje de rentabilidad.
🧮 Calculadora de Rentabilidad para Restaurantes
📈 Beneficio neto:
$500
2% de rentabilidad
Paso 1: Conoce tu facturación mensual real
Antes de hablar de ganancias o pérdidas, necesitas saber cuánto dinero estás ingresando al mes, pero de verdad, nada de estimaciones tipo “yo creo son unos 25 mil…” o un “más o menos”. Eso no sirve.
Mira tus números reales: revisa tu TPV, los tickets, los informes de ventas y el cierre de caja, y anota lo que realmente has facturado.
✅ Ejemplo: Si tus ventas mensuales suman $25.000, ese es tu punto de partida para empezar a calcular si estás ganando dinero en tu restaurante… o solo matándote a trabajar.
Paso 2: Calcula tus gastos fijos mensuales
Ahora te toca identificar todo lo que pagas sí o sí cada mes, vendas mucho, poco… o no se venda ni una hamburguesa. Hablamos de esos gastos que no perdonan:
- Alquiler del local.
- Sueldos de los empleados
- Suministros básicos (agua, luz, gas…).
- Seguros, gestoría, software, etc.
- Control de plagas, mantenimiento, etc.
Haz la lista completa y saca el total. Ese número es tu «mochila fija»: lo mínimo que debes cubrir solo para mantener el restaurante funcionando.
✅ Ejemplo: Si tus costes fijos suman $17.000, ya sabes que necesitas facturar más de eso solo para empezar a ganar algo… y no trabajar por amor al arte.
Paso 3: Calcula tus costes variables
Estos son los gastos que cambian según cuánto vendas. A más ventas, más gasto. A menos ventas, menos gasto. Aquí se incluyen cosas como:
- Materia prima (comida y bebida).
- Reparto a domicilio.
- Comisiones de apps/plataformas (tipo Glovo, Uber Eats, etc.).
- Propinas, extras, refuerzos de personal.
Lo bueno es que puedes estimarlos con un porcentaje promedio sobre tu facturación.
✅ Por ejemplo: Si gastas un 30% en productos y facturas $25.000, te estás dejando $7.500 ese mes en ingredientes. No lo ignores. Aquí se te puede escapar mucho dinero sin darte cuenta.
Paso 4: Calcula tu beneficio real
Ahora sí, te toca hacer la cuenta para saber cuánto te queda limpio después de cubrir todos tus gastos.
👉 La fórmula es muy sencilla:
Beneficios = Ingresos – (Costes fijos + Costes variables)
✅ Ejemplo: Supón que estos son tus números mensuales:
- Ingresos (facturación): $25.000
- Costes fijos: $17.000
- Costes variables: $7.500
Ahora aplicamos la fórmula del beneficio (25.000 – (17.000 + 7.500= 500) y vemos que después de pagar todos tus gastos, te quedan solo $500 de beneficio neto.
Parece que ganaste algo… pero si lo miras bien, eso es solo un 2% de tu facturación. Mucho trabajo, muchas ventas… ¿y te quedas con las sobras? Te toca afilar la estrategia.
El truco es aumentar las ventas sin disparar los costes
No todos tus costes suben cuando vendes más. Es importante entender esto y aprovechar esta oportunidad, para mejorar tu rentabilidad sin volverte loco.
Tus costes fijos son tus mejores aliados porque no cambian aunque vendas más. Si los aprovechas bien, cada venta adicional te deja más beneficios.
👉 Veámoslo con un ejemplo: Supongamos que pagas $1.000 de alquiler al mes. Ese gasto no cambia si vendes $10.000 o $20.000. Pero el peso que tiene sobre tus ingresos, sí cambia.
- Si facturas $10.000 → El alquiler ($1.000) representa un 10%
- Si facturas $20.000 → El mismo alquiler ($1.000) pasa a ser solo un 5%
¿Ves la diferencia? Misma inversión, el doble de ingresos y más beneficio por cada venta. Esa es la lógica detrás de un restaurante rentable: hacer crecer tus ingresos sin que tus costes se te vayan de las manos.
La rentabilidad de tu restaurante está en tus manos
Como ves, calcular la rentabilidad de un restaurante no es complicado, pero sí es vital. Es la diferencia entre sobrevivir… y ser verdaderamente rentable.
No basta con currar mucho o tener el local lleno. Lo que importa es que te quede dinero al final del mes.
Pero tu beneficio no aparece por arte de magia. Se mide. Se entiende. Y se trabaja con estrategia.
Si no tienes claro cómo hacerlo, si estás muy lejos de ese 10%, o si no sabes ni por dónde empezar, tranquilo. Hazlo paso a paso. Pero empieza. Porque cuanto antes lo hagas, antes vas a ver los resultados.

Food and Beverage Manager | Director de Alimentos y Bebidas en Grupo Antequera Golf
Socio Senior en AIDABE – Asociación Iberoamericana de Directores y Directoras de Alimentos y Bebidas








