Emprender en gastronomía no es solo cocinar bien. Es saber organizar, calcular y vender una experiencia.
Si estás pensando en montar tu propio negocio de catering, seguramente te estás preguntando:
¿Qué se necesita realmente para empezar sin meter la pata desde el primer día?
La respuesta corta: necesitas organización, claridad en los números, cumplir con los permisos legales y ofrecer un servicio que funcione desde el minuto uno.
La respuesta larga, te la dejamos en este artículo. Paso a paso, directo al grano, con ejemplos reales y todo lo que debes tener en cuenta para arrancar tu empresa de catering con buen pie. ¡Vamos a verlo!
1. Un plan de negocio claro
Antes de comprar una olla o pensar en el logo, lo primero es saber a dónde vas y cómo vas a llegar. El plan de negocio no es solo un trámite para pedir financiación. Es tu hoja de ruta.
Debe incluir:
- ¿En qué tipo de catering vas a enfocarte? (Empresas, bodas, infantil, saludable, etc.)
- ¿A quién le vas a vender y qué necesidades tiene?
- ¿Qué ofrecerás que te haga destacar? (Presentación cuidada, imagen profesional, detalle en el servicio…)
- ¿Con qué equipo, espacio y materiales necesitas contar desde el primer día?
- ¿Cuánto vas a invertir y cuánto necesitas facturar para no perder dinero?
Ejemplo: Juan, un chef con experiencia en eventos privados, quiere abrir su propia empresa de catering. Antes de lanzarse, investiga el mercado y descubre que muchas oficinas están buscando servicios de catering saludables, así que decide enfocarse en menús frescos y orgánicos.
2. Trámites y permisos (sí o sí)
Aquí no hay atajos. Sin papeles en regla no hay negocio, y si los pasas por alto, pueden cerrarte antes de empezar.
¿Qué necesitas como mínimo?
- Alta en Hacienda y Seguridad Social (autónomo o sociedad).
- Licencia de actividad para el local desde el que operarás.
- Registro sanitario (obligatorio si manipulas o sirves alimentos).
- Certificados de manipulador de alimentos para todo el equipo.
- Seguro de responsabilidad civil.
Ejemplo: Juan, tras definir su propuesta de catering saludable, se asegura de cumplir con la normativa. Tramita la licencia de apertura de su cocina, se inscribe en el registro sanitario, obtiene los certificados necesarios y contrata un seguro que cubra accidentes o imprevistos en eventos.
3. Una cocina que funcione de verdad
No necesitas una nave industrial, pero sí un espacio profesional que cumpla con sanidad, sea funcional y tenga todo lo necesario.
Deberías contar con:
- Zonas separadas para preparación y cocción.
- Electrodomésticos industriales: hornos, fogones, frigoríficos, congeladores.
- Almacenamiento ordenado y seguro para ingredientes y utensilios.
- Termos, bandejas gastronorm, cubiertos, platos, carros y todo lo necesario para el montaje.
- Vehículo adaptado para el transporte seguro de alimentos.
Ejemplo: Después de hacer todos los trámites, Juan adapta un pequeño local para usarlo como cocina profesional. Hace una lista de materiales para catering y equipa su cocina con todo lo necesario. También compra una furgoneta para llevar sus menús a las oficinas de sus clientes.
4. Proveedores confiables
Una empresa de catering no es nada sin ingredientes frescos y entregas puntuales.
Necesitas proveedores que:
- Tengan productos frescos y con trazabilidad clara.
- Sean puntuales (clave en eventos con hora fija).
- Ofrezcan precios justos y condiciones claras.
- Puedan adaptarse a cambios de última hora.
Ejemplo: Juan elige trabajar con proveedores locales para su catering. Hace un trato con una huerta de su zona para recibir verduras frescas y con un distribuidor pequeño que le entrega productos integrales. Así se asegura de tener ingredientes de buena calidad y de apoyar a productores locales.

5. Menús pensados con cabeza
El menú no es solo lo que sirves: es tu carta de presentación y tu herramienta de rentabilidad.
Diseña menús que:
- Tengan escandallos claros y margen saludable.
- Sean fáciles de preparar, conservar y transportar.
- Se adapten al cliente y al tipo de evento.
- Incluyan opciones especiales (vegetarianas, sin gluten, etc.).
Ejemplo: Juan crea una serie de menús semanales para oficinas que incluyen platos vegetarianos, opciones sin gluten y postres bajos en azúcar. Usa productos frescos de temporada y presenta cada plato en envases ecológicos, listos para comer fácilmente en el lugar de trabajo.
6. Organización y control de calidad
Cocinar bien no basta. Un negocio de catering necesita procesos claros y repetibles.
Revisa estos puntos:
- Calendario operativo con tareas y entregas asignadas.
- Fichas técnicas actualizadas para cada receta.
- Checklists para cada evento (menús, cantidades, empaques).
- Control de inventario y fechas de caducidad.
- Protocolos de higiene y limpieza.
Ejemplo: Juan crea una hoja interna para revisar cada pedido antes de entregarlo. Así confirma que las cantidades sean correctas, que el empaque esté bien, que la comida se vea bien y llegue a la temperatura adecuada. Todo esto lo ayuda a dar un servicio serio y confiable.
7. Un equipo capacitado
Desde cocina hasta montaje, cada persona debe saber qué hacer y cómo hacerlo.
¿Qué necesitas?
- Formación continua (aunque sea interna).
- Certificados de manipulación de alimentos.
- Personal de cocina con experiencia en producción a gran escala.
- Personal de sala o montaje eficiente, amable y profesional.
- Un responsable por evento que coordine todo.
Ejemplo: Juan contrata a un pequeño equipo de cocina y sala. Antes de cada evento, se reúne con ellos para repasar tareas, resolver dudas y revisar los pasos a seguir. Además, organiza una formación mensual en la que todos aprenden sobre higiene, presentación de platos y trato al cliente.
8. Imagen de marca y promoción
Puedes ser excelente en cocina, pero si nadie te conoce, no hay ventas.
Construye una marca coherente y visible:
- Ofertas de lanzamiento y colaboraciones estratégicas.
- Nombre fácil de recordar y diseño profesional.
- Página web con menús, contacto y fotos reales.
- Redes sociales activas con contenido relevante.
- Fotografías profesionales de platos y eventos.
- Material gráfico: menús impresos, envases personalizados, tarjetas.
Ejemplo: Juan decide llamar a su empresa “Verde Sabor Catering”, con un logotipo que refleja su enfoque saludable. Abre perfiles en Instagram y Facebook, donde publica fotos de sus platos y eventos. Gracias a esto, logra promocionarse sin necesidad de grandes inversiones en publicidad.
Montar una empresa de catering no es cuestión de suerte.
Es cuestión de organización, claridad y constancia. De ver tu cocina como una empresa, no solo como un lugar donde se preparan platos.
Porque tus clientes no compran solo comida. Compran una experiencia. Y esa experiencia empieza mucho antes del primer bocado.

Food and Beverage Manager | Director de Alimentos y Bebidas en Grupo Antequera Golf
Socio Senior en AIDABE – Asociación Iberoamericana de Directores y Directoras de Alimentos y Bebidas