Muchos dueños de restaurantes piensan que la única manera de ganar más dinero es teniendo siempre todas las mesas ocupadas.
Pero hay un detalle que a menudo se les escapa: si no haces que cada cliente consuma un poco más, estás dejando que se te escape el dinero sin darte cuenta.
La buena noticia es que puedes subir el ticket medio sin tener que subir los precios, sin ser pesado y sin agobiar a nadie. Solo necesitas tener un plan claro… y saber cuándo dar el paso.
Aquí tienes 10 ideas para aumentar el ticket medio en un restaurante sin que se note (más que en la caja).
1. Haz que tu equipo recomiende bien
Tu personal de sala puede ser tu mejor arma para subir el ticket medio… o el motivo por el que la cuenta se queda corta.
Lo importante es que recomienden con naturalidad y con conocimiento. Nada de vender por vender. Que lo hagan porque saben lo que ofrecen… y saben a quién se lo ofrecen.
👉¿Cómo se consigue eso?
- Organiza catas internas para que prueben todo lo que venden (y así puedan recomendarlo de verdad).
- Cuéntales anécdotas, curiosidades o historias sobre los platos que puedan soltar después a los clientes en la mesa (¡las historias venden más que los ingredientes!).
- Enséñales a identificar qué tipo de cliente tienen delante para saber como tienen que tratarlo.
Si un cliente pide vino, que no le ofrezcan «el más caro» porque sí, sino el que mejor marida con lo que vaya a comer. Eso el cliente lo nota, lo agradece… y lo paga mejor.
2. Ofrece menús cerrados o combos con lógica
Los menús cerrados o packs nunca fallan. ¿Por qué? Porque le hacen la vida más fácil al cliente y así no tiene que pensar tanto. Y lo más interesante: hacen que gaste un poco más… sin que realmente lo note.
El truco está en juntar lo que la gente ya suele pedir, pero dándole un formato para que parezca (y sea) una buena oportunidad. Como por ejemplo:
- Hamburguesa + patatas + bebida (el clásico infalible).
- Tabla de quesos + copa de vino (pura tentación en formato dúo).
- Entrante + principal + postre (para los que vienen con hambre… y sin ganas de pensar).
✅ Eso sí, que el precio del combo sea un pelín más bajo que si lo pidieran por separado. Así ellos sienten que ahorran… y tú te aseguras de que el ticket medio sube.
3. Destaca visualmente tus platos más rentables
Esto no va solo de tener una carta bonita… va de jugar con la mente del cliente (sin manipular, claro).
Cuando alguien abre la carta, el ojo va directo a ciertos puntos (el centro, las esquinas y lo que está resaltado). Y es justo ahí donde deben estar tus platos más rentables. Si sabes esto, puedes usarlo a tu favor:
- Usa elementos visuales: recuadros, tipografía distinta o nombres que llamen la atención.
- Quita las columnas de precios, porque invitan a comparar solo por precio y elegir el más barato.
- Pon mejor el precio dentro de la descripción y usa números redondos (mejor 12 que 11,95… confía, da resultado).
Así no fuerzas nada, pero guías su elección. Ellos eligen felices… y tú facturas mejor.
4. Ten entrantes para compartir
Cuando en una mesa suena el clásico: “¿Pedimos algo para picar mientras llega la comida?», tú deberías escuchar en tu cabeza: “¡Oportunidad de oro para subir el ticket medio!”
Tu misión es tener entrantes pensados para compartir, que se pidan fácil y que abran el apetito (y la caja):
- Tablas de ibéricos o quesos que son un imán para el centro de la mesa.
- Ensaladas XXL para los que dicen “algo ligero” (y luego acaban hasta mojando el pan).
- Croquetas surtidas que no se pueden elegir… … ¡porque se quieren todas!
💡 Tip extra: márcalos en la carta con algo tipo: “Perfectos para compartir mientras esperas”, les acabas de resolver la vida… y de paso, les cuelas un extra sin que se les frunza el bolsillo.
5. Haz upselling que no suene a venta
El buen upselling no se nota… se disfruta. No es “te quiero vender más”, es “te estoy haciendo un favor”.
Y cuando lo haces bien, el cliente no solo dice que sí: te lo agradece.
Se trata de ofrecer mejoras que tengan sentido, que eleven la experiencia y que suenen naturales, no a guion aprendido:
- “¿Prefiere ese gin con una tónica premium? Le da mucho más sabor.”
- “Ese corte de carne también lo tenemos con 45 días de maduración… jugoso no, lo siguiente.”
- “¿Se lo pongo con pan de masa madre recién hecho? Acaba de salir del horno.”
Es ofrecer una opción mejor, en el momento adecuado. Y muchas veces, el cliente dice que sí solo por no pensarlo demasiado. ¡Boom, ticket medio arriba para ti!
6. Incluye extras que suman sin esfuerzo
Una forma sencilla (y nada invasiva) de subir el ticket medio es ofrecer extras que el cliente quiera añadir sin pensárselo dos veces.
La jugada está en que esos extras tengan un buen beneficio para ti y que sean irresistibles para ellos.
👉 Aquí tienes algunos ejemplos que funcionan muy bien:
- Toppings para hamburguesas: queso azul, huevo, bacon… ese “dale un plus” que nunca falla.
- Añadir proteína a ensaladas: pollo, langostinos, tofu… y ya parece otro plato.
- Salsas caseras: cuestan poco, lucen mucho, y siempre caen.
- Y en postres: “¿Lo quiere con una bola de helado artesanal?”(spoiler: sí, lo quiere).
El cliente siente que mejora su plato pagando un poco más… y tú haces que ese «poco más» se note en la caja al final del día.
7. Potencia la venta de bebidas (sin empujar)
Las bebidas son oro líquido, ya que suelen tener uno de los márgenes de beneficio más altos. Pero no se trata de insistir, sino de crear el contexto para que el cliente quiera pedir más:
- Ofrece bebidas desde el primer minuto, no esperes a que las pidan.
- Sugiere maridajes que suenen irresistibles con cada plato.
- Actualiza la carta de vinos y cócteles cada temporada (la curiosidad también vende).
- Propón botellas para compartir: práctico, cómodo y sube el ticket.
- Y muy importante: que el equipo esté atento a rellenar las copas o sugerir la siguiente sin ser pesados.
Esto no es vender por vender. Es acompañar la experiencia. El cliente disfruta más, tú vendes mejor… y el ticket medio sube sin que nadie lo sienta forzado.
8. Ten postres que se vendan solos
No necesitas una carta de postres kilométrica, pero sí tener 2 o 3 que nadie quiera (ni pueda) rechazar.
👉¿Cómo conseguir que caigan sí o sí?
- Usa descripciones que despierten el antojo: “Coulant de chocolate con centro líquido y helado de vainilla Bourbon”.
- Ten uno o dos para compartir, con presentación top: “Delirio de chocolate para dos” suena y también luce como un planazo.
- Y lo más importante: que el camarero los sugiera justo al retirar los platos principales, con naturalidad: “¿Les apetece ver la carta de postres? Tenemos un brownie nuevo que está volando…”
Un buen postre no solo sube el ticket… también deja un recuerdo dulce… y una buena excusa para volver.
9. Premia al cliente que más gasta
Olvídate de apps raras y códigos QR que nadie escanea. Con una tarjeta sencilla puedes incentivar a que la gente vuelva otro día y de paso, gaste un poco más la próxima vez.
👉 Por ejemplo: Una fidelidad simple pero bien pensada: “Por cada 10 consumos de más de $20, el siguiente café (o postre, o copa) va por cuenta de la casa.”
✅ Es barato, para ti, fácil de entender para ellos… y muy efectivo. Y claro, como ya lleva 7 consumos acumulados… ¿qué va a hacer? ¡Volver! Y mientras tanto, sigue subiendo tu ticket medio como quien no quiere la cosa.
10. Crea menús especiales por tiempo limitado
Cuando algo está disponible “solo por unos días”, el cliente se decide más rápido a pedirlo. Es pura psicología del menú… y funciona que da gusto.
Esa sensación de “o lo pido ahora o me lo pierdo” puede hacer maravillas por tu ticket medio (sin forzar nada).
👉 Ideas que crean deseo con fecha de caducidad:
- Menús degustación de temporada que no se repiten (y que se cuentan).
- Sugerencias del chef que cambian cada semana: le dan vidilla a la carta y curiosidad al cliente.
- Productos fuera de carta con aire exclusivo: un vino especial, una carne difícil de conseguir, un postre sorpresa…
Este tipo de ideas crean urgencia sin presionar. Y encima, elevan el valor percibido de tu oferta gastronómica.
Subir el ticket medio sin levantar sospechas
Como dijimos más arriba, aumentar el ticket medio en un restaurante es una de las formas más inteligentes de mejorar la facturación sin tener que depender de llenar más mesas.
Se trata de mejorar la experiencia del cliente y, al mismo tiempo, hacer que cada visita sea más rentable para ti.
Y lo mejor es que puedes empezar esta misma semana poniendo en práctica 2 o 3 ideas de las que ya viste aquí.
Solo tienes que mirar tu carta, hablar con tu equipo y pregúntate: ¿Qué podemos aplicar ya, sin tocar los precios?
Porque el potencial ya lo tienes, y está en tu sala, en tu gente. Solo tienes que saber activarlo.

Food and Beverage Manager | Director de Alimentos y Bebidas en Grupo Antequera Golf
Socio Senior en AIDABE – Asociación Iberoamericana de Directores y Directoras de Alimentos y Bebidas








