Tu primer día de trabajo en una cocina profesional puede influir mucho en cómo te irá después. Si llegas sin estar listo, desordenado o creyendo que ya lo sabes todo, es fácil que metas la pata… y eso no se olvida tan rápido.
Por eso, antes de ponerte la chaquetilla, es buena idea tener claro qué cosas debes evitar para arrancar con el pie derecho.
Aquí te contamos los 10 errores más comunes que suelen cometer los cocineros nuevos en su primer día (y cómo evitarlos). Si los tienes en mente, vas a empezar con confianza, buen ritmo y actitud profesional. Y eso se nota desde el principio.
1. Llegar sin cuchillos (o con cuchillos sin afilar)
Parece algo obvio, ¿no? Pero no todos los restaurantes te van a prestar los cuchillos. Algunos sí, otros ni de broma, y si llegas con las manos vacías (o con los cuchillos sin filo), empiezas mal.
👉 ¿Qué deberías llevar como mínimo?
- Cuchillo de chef
- Cuchillo pequeño (paring o petty)
- Cuchillo de sierra
- Chaira o piedra para asentar el filo
No necesitas una colección de cuchillos japoneses de $800, pero sí herramientas decentes, afiladas y que sepas usar con seguridad.
✅ Consejo: Afílalos el día anterior. Tampoco es necesario que estrenes cuchillos en tu primer pase (no es el mejor momento para descubrir si cortan bien).
2. Descuidar tu higiene personal
Este es de esos errores que nadie te lo dice en voz alta, pero que todos lo notan. Uñas sucias, mal aliento, olor a cigarro o perfume demasiado fuerte pueden jugar muy en tu contra en una cocina.
Tu higiene habla de tu respeto por el equipo, por el entorno y por el oficio.
Dúchate antes de ir a trabajar, mantén las uñas cortas y limpias, usa un desodorante neutro, evita perfumes intensos y lávate las manos con frecuencia.
✅ En un entorno donde se trabaja con alimentos y se comparte el espacio al milímetro, la higiene no es solo tu carta de presentación… es una parte esencial de la seguridad alimentaria.
3. Presentarte con la ropa equivocada
Otro error de novato. Llegas estrenando chaquetilla con tu nombre bien grande, “Chef Mario”… y todavía no eres el chef. Ese tipo de detalles, amigo mío, en algunas cocinas, pueden caer mal. Muy mal.
👉 ¿Qué deberías llevar?
- Chaquetilla blanca lisa, sin bordados.
- Pantalón negro (si no sabes el código del local).
- Zapatos antideslizantes (esto no es opcional).
- Delantal limpio, planchado y con buena pinta.
Tu primer día es como tu carta de presentación. No llegues con la ropa rota, sucia o tan gastada que parezca que ya pasó por tres turnos de batalla.
4. No llevar libreta ni bolígrafo
Esto no es una serie de televisión donde todo se memoriza como por arte de magia. En una cocina real y si alguien te dice algo importante, espera que lo recuerdes… o mejor aún, que lo escribas.
Por eso, lleva siempre contigo una libreta pequeña y un bolígrafo como si fueran parte del uniforme. Anota recetas, procesos, ubicaciones, encargos, nombres… todo lo que pueda salvarte más adelante.
✅ Consejo: Es mil veces mejor parecer meticuloso que quedarte en blanco cuando te pregunten algo.
5. Llegar tarde (o justo a la hora)
En la cocina de un restaurante hay una regla que no está escrita, pero es sagrada: si llegas justo a la hora, ya vas tarde. Y si es tu primer día, ni lo dudes, preséntate al menos 30 minutos antes.
Ese tiempo de más te da un respiro para ubicarte, saludar al equipo, guardar tus cosas, ver cómo funciona todo… y, lo más importante, empezar a trabajar tranquilo y sin apuros.
Porque llegar tarde o con el tiempo justo no solo da mala imagen, también puede ser algo que todos te recuerden más de lo que quisieras. ¿Verdad que no quieres empezar así?

6. No conocer el espacio
Llegaste, bien, saludaste, te pusiste la chaqueta… ¿Y ahora qué? Ahora dedícale unos minutos a entender cómo está organizada la cocina. Eso te ayudará a moverte con más soltura y rapidez durante el servicio.
- ¿Dónde están los refrigeradores?
- ¿Dónde se encuentra el lavamanos y el jabón?
- ¿Dónde está la mise en place? ¿Los utensilios? ¿Los platos limpios?
Hazte un mapa mental rápido (y si puedes, dibújalo o anótalo en tu libreta). Perder tiempo buscando algo no solo da una mala imagen… también puede hacer que los demás se desesperen contigo.
7. Asumir las cosas (en lugar de preguntar)
Otro error típico de novato: llegas, sacas tus cuchillos… y ocupas la estación de otro como si fuera tuya. Mal.
Evita meter la pata preguntando antes de que arranque el servicio. ¿Dónde me pongo? ¿A quién ayudo? ¿Qué tareas me tocan? Cada cocina tiene su forma de funcionar, su propio ritmo y sus reglas. No des nada por hecho.
Y lo más importante: respeta la forma de trabajar del equipo. Si el ambiente es tranquilo, no llegues haciendo chistes. Si todo el mundo trabaja en silencio, no empieces a contarles tu vida. Mira bien cómo trabajan los demás y adáptate a ellos. Se trata de encajar, no de llamar la atención.
✅ Consejo: Preguntar no es signo de debilidad. Al contrario, demuestra respeto y una actitud profesional.
8. Hablar demasiado y escuchar poco
¡Tranquilo, novato! Entendemos que quieras caer bien a todos el primer día, pero si hablas demasiado y escuchas poco, vas a lograr justo lo contrario.
- No es el momento de contar lo increíble que era tu salsa de mole.
- Tampoco de comparar cómo hacían todo “en tu otra cocina”.
- Y mucho menos de soltar ideas como si fueras a cambiarlo todo desde el primer día.
👉 Ahora formas parte de un equipo nuevo, con una forma distinta de trabajar. Presta atención. Observa cómo se organizan, cómo se comunican, cómo se mueven.
El primer día es para escuchar, observar y adaptarte.
9. Trabajar desordenado
Aunque la cocina a la que llegues no sea la más limpia del mundo… eso no te da licencia para ser desordenado tú. En la cocina, la limpieza y el orden no son opcionales, son parte del oficio.
👉 Mira cómo trabaja el equipo:
- ¿Cómo doblan los trapos?
- ¿Usan desinfectante en la estación?
- ¿Dónde colocan los cuchillos, las bandejas, las cubetas?
Adáptate al estándar de limpieza del lugar o, mejor aún, súbelo un poco más. Porque trabajar con desorden no solo hace más difícil el servicio… también es una de las razones más comunes por las que no te vuelven a llamar.
10. Quedarte parado sin saber qué hacer
Terminaste tu tarea… y ahí te quedas, con los brazos cruzados esperando que te digan qué hacer. Error típico de novato.
En una cocina, el tiempo muerto es tiempo perdido.
Ten siempre un plan B y C en la cabeza: “Cuando termine los tomates, pelo ajos, y luego me pongo con la salsa.”
✅ Si no sabes qué hacer, pregunta. Un simple “¿En qué puedo ayudar ahora?” vale muchísimo. Te muestra con iniciativa, no como alguien que solo espera. Y esa actitud es la que te abre puertas.
El primer día en la cocina importa más de lo que crees
Tu primer día en cocina no es solo “tu primer turno”. Es tu carta de presentación, tu primer paso dentro de una brigada, y muchas veces, el momento que decide si vas a volver… o no.
No tiene por qué ser incómodo, caótico ni un desfile de errores que te pesen durante semanas. Si tienes claros los puntos que vimos, puedes evitar los tropiezos típicos y empezar con el pie derecho.
Nadie espera que seas perfecto. Lo que sí esperan es que llegues con buena actitud, respeto y ganas de aprender.
Recuerda que en la cocina, quien trabaja con humildad… se gana su lugar.

Food and Beverage Manager | Director de Alimentos y Bebidas en Grupo Antequera Golf
Socio Senior en AIDABE – Asociación Iberoamericana de Directores y Directoras de Alimentos y Bebidas




