¿Te ha pasado alguna vez que llega la hora del servicio y todo empieza a desbordarse?
- Faltan preparaciones.
- No hay comunicación con la sala.
- Los platos se amontonan en el pase.
- Y nadie sabe bien qué tiene que hacer.
No es que tengas mala suerte. Lo que te falta es organización.
Organizar la cocina para el servicio no depende de tener al mejor chef del mundo, sino de contar con procesos claros, tareas bien repartidas y una estructura que se repita todos los días, sin fallar.
Vamos a ver cómo se organiza la cocina de un restaurante, para que el servicio fluya (y no quieras salir corriendo).
Paso 1: Prepara tu “Mise en place” para el servicio
La mise en place es, literalmente, el servicio antes del servicio. Todo lo que no dejes preparado antes, te pasará factura después, cuando las comandas empiecen a caer.
Y no, no se trata solo de picar cebolla o tener las salsas listas. Es mucho más que eso:
- Saber cuántas raciones necesitas de cada preparación.
- Tener claro qué se hace, cómo se hace y quién lo hace.
- Dejar listo el pase: platos, cubiertos, etiquetas, decoraciones, etc.
- Comprobar temperaturas, texturas y puntos de cocción.
No confíes solo en tu memoria: haz listas. Y si puedes dejarlo por escrito, mucho mejor.
Si dejas algo al azar, lo más seguro es que termines estresado.
Paso 2. Reparte las tareas por rangos y personas
Una cocina bien organizada es aquella donde todos saben lo que tienen que hacer sin tener que preguntarlo. Cada uno tiene claro su papel y lo cumple sin dudar.
Antes de que empiece el servicio, reparte las tareas con claridad:
- ¿Quién manda en el pase?
- ¿Quién controla los tiempos?
- ¿Quién se encarga del pan, los postres o las comandas especiales?
- ¿Quién se comunica con el equipo de sala?
No importa si sois tres o diez personas. Sin jerarquía, el caos está servido.
Organiza los rangos como una cadena de trabajo. Cada persona debe saber:
- Qué tiene que hacer.
- En qué orden lo tiene que hacer.
- Qué hacer si algo falla o si alguien no está.
Cuanto más claro esté todo antes del servicio, menos tendrás que improvisar sobre la marcha.
Paso 3. Haz un mini briefing antes empezar
No necesitas perder media hora. Con cinco minutos bien empleados es suficiente para alinear al equipo y anticiparte a los problemas antes de que empiecen.
👉 Un buen briefing responde a preguntas como:
- ¿Qué platos o sugerencias hay que sacar hoy?
- ¿Hay cambios en la carta o en el equipo?
- ¿Se esperan grupos, personas con alergias o restricciones especiales?
- ¿Qué partes del servicio necesitan más atención según las reservas?
Si no hay comunicación previa entre la sala y la cocina, se cometen muchos fallos.
Paso 4. Usa el pase como control de calidad (y de calma)
El pase no es solo una pasarela por donde desfilan los platos antes de salir. Es tu último momento para revisar que todo esté correcto antes de que llegue al cliente.
👉 Siempre tiene que haber alguien encargado del pase para:
- Comprobar la presentación y los puntos de cocción.
- Controlar los tiempos de salida.
- Darse cuenta si algo está retrasando el servicio.
- Estar pendiente de lo que necesita la sala en cada momento.
Una cocina bien organizada no grita, anticipa. Hablar bien y a tiempo es lo que hace que todo funcione cuando el ritmo se acelera. Así deberías hablar en la cocina (y así no):
- “¿Dónde están las croquetas?”
- “¡Este no es el punto!”
- “¡Manda ya eso!”
- “Comanda 4: Marchan dos carnes y una ensalada mixta.”
- “¿Listo el arroz para la mesa 12?”
- “En tres minutos entra la mesa grande, atentos en fuegos.”
Paso 5: Evalúa el servicio (aunque sea con tres frases)
Terminó el servicio. Genial. ¿Y ahora qué? No lo dejes pasar como si nada. Hacer una pequeña revisión de lo que ha pasado durante el día te puede ayudar a evitar que vuelvan a ocurrir los mismos errores mañana.
No tienes que hacer algo formal, solo una charla corta, sincera y directa:
- ¿Qué cosas salieron mal?
- ¿En qué momento se nos complicó el día?
- ¿Qué podemos hacer para que mañana salga mejor?
Puedes hacerlo al cerrar la cocina o al empezar el siguiente turno. Pero no te lo saltes.
3 Errores que hacen tu cocina imposible de organizar
No es magia ni mala suerte. Hay tres fallos que sabotean tu servicio cada día (si no los corriges).
- No repartir bien las tareas por turno: Cuando todos hacen de todo, al final nadie se encarga de nada. Si no hay un reparto de tareas claro, el desorden se vuelve algo normal.
- No ajustar la mise en place según las reservas: Si haces de más, tiras comida. Si haces de menos, corres todo el servicio. Cada día es distinto, y tu mise en place también debería de serlo.
- Tenerlo todo solo en tu cabeza: Si tu equipo depende de ti para todo, tú te conviertes en el cuello de botella. Escribe, delega, y haz que todo funcione aunque tú no estés.
No necesitas más cocineros. Necesitas más orden
Si sientes que tu cocina está a punto de explotar durante los servicios, seguramente no sea por tener demasiado trabajo, sino porque te falta un sistema de organización claro que todos puedan seguir.
Saber cómo se organiza una cocina profesional no es un algo reservado a los restaurantes con estrella. Es una necesidad básica si quieres:
- No estar siempre corriendo.
- Tener un equipo que trabaje de forma más independiente.
- Y liberar tu mente para pensar, no solo apagar fuegos.
El orden no es rigidez, es estabilidad. Es lo que te permite adaptarte a los imprevistos sin entrar en caos.
Y lo mejor de todo: organizar tu cocina no cuesta dinero. Solo tienes que tomar la decisión de empezar.
Food and Beverage Manager | Director de Alimentos y Bebidas en Grupo Antequera Golf
Socio Senior en AIDABE – Asociación Iberoamericana de Directores y Directoras de Alimentos y Bebidas